Fecha de nacimiento: 30/01/1958
Ocupación: Estudiante universitaria / Militante política
Apodo: Marcela / Toti / Mara / Paula
Fecha de secuestro: 27/02/1980
Edad: 22
Lugar de Cautiverio: El Campito
Lía nació el 30 de enero de 1958 en Capital Federal.
Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Mariano Moreno de la ciudad de Mar del Plata. Continuó estudiando en la Facultad de Humanidades.
“Mi hermana era militante montonera y toda mi vivencia tiene que ver con mis recuerdos y momentos claves que fueron una bisagra en mi memoria. Cuando yo tengo uso de memoria ella ya no vivía en casa. Se fue a vivir con mi papá cuando se separaron. Ya era militante montonera. Nosotros vivíamos en Mar del Plata. Tuvimos problemas en el ’76 y nos fuimos a vivir a Mendoza” (Solana).
Su mamá Lía relata: “Mi hija Mariana comenzó a militar cuando estaba en el colegio secundario, en el centro de estudiantes. Muy chica, porque tenía 14 años cuando comenzó con esta tarea. De alguna manera a la familia siempre la mantuvo al margen, no quería hablar de lo que estaba haciendo. Se casó muy joven, a los 16 años” (…) El primer amor de Mariana fue “Pájaro”, Del Monte Bengoa Raúl Héctor, secuestrado en diciembre de 1976. Tuvieron una hija, Victoria, que para la Contraofensiva se quedaría en la Guardería de La Habana (…) El panorama laboral, la desaparición de Del Monte y el consecuente pedido de Mariana para que abandonaran Mar del Plata, empujó a Lía hacia Mendoza con sus hijos e hijas. “(…) Nos fuimos un viernes, el sábado allanaron la casa donde vivíamos. Mi marido les dijo que él era de la mudanza, que no conocía a la familia, que sabía solamente que tenía que ir a Mendoza a llevar las cosas para esta familia. Le pidieron la dirección de adónde íbamos a ir a vivir. Llegamos el día sábado a Mendoza. Ese mismo día, por la noche, un amigo de mi hermano, quien también vivía en Mendoza y trabajaba en la Policía Federal, llamó a mi hermana para decirle: ‘la casa de tu vieja está vigilada, llegó la orden de Buenos Aires porque es una casa donde posiblemente vivan terroristas’. Así vivimos desde el ‘76 hasta el ‘79, con vigilancia” (Lía Emma).
Solana recuerda la última vez que la vio: “Fue en el ’78. Ella vino a Mendoza cuando mi mamá estaba embarazada de mi hermano más chico, Santi. Vino a visitarnos un día con mi sobrina. En esa oportunidad que vino a Mendoza se quedó sólo un día, me acuerdo de verla a Victoria, que tenía 2 años. Recuerdo no haberla visto mucho a mi hermana porque se encerró a charlar con mi mamá. Y luego se fue”.
Y Lía también: “En el ‘78, un día cualquiera, un sábado, llama por teléfono y me dice: ‘Estoy en Mendoza’. Arriesgándose, entró a Mendoza con su hijita Victoria, que tenía 2 años, para visitarnos. Mi pareja la fue a buscar a la estación. Previamente me llama para ver si estaban vigilándonos y en ese momento no estaban, así que entraron sin problemas. Ella estuvo todo ese día, toda la noche hablando, y al día siguiente se fue. Yo supongo, porque ella me lo dijo, que su idea era dejar a Victoria en casa, que ella sabía que era conveniente para la nena que se criara con sus hermanos. Esto fue el 3 de febrero del ‘78. Yo estaba a punto de parir, mi hijo nació el 9 de febrero, y me dijo que a pesar de que ella sabía que tenía que dejarla, no la podía dejar. Le costaba mucho separarse. Así que al día siguiente mi marido la acompañó hasta la terminal y se volvió en colectivo. Cruzó la cordillera, y desde Santiago de Chile viajó en avión a México, de ahí se estaba por ir a España. Esa fue la última vez que la vi”.
En una de las últimas cartas que Mariana le envía a su papá Hugo a Brasil, menciona que estaba enamorada de Genoud Unía Julio César (que caería luego con ella). Y se refiere a la militancia como trabajo, seguramente para alivianar el tono del texto por si cayera en manos equivocadas.
“Ahora empezamos ya de lleno a trabajar, viejo, todo es distinto, trabajar juntos, charlar juntos los pasos a dar en nuestro trabajo cotidiano, los problemas, las esperanzas… todo tiene otro color. Tengo mucha fe en el futuro. Todo está avanzando y nuestra relación comienza en un momento de avance del pueblo y de la empresa. Dentro de eso, un momento de avance individual nuestro, de crecimiento y eso multiplicado siendo pareja, las expectativas por el futuro son todas alentadoras. Tengo adentro una felicidad desconocida, creo que sólo podría ser superada por nuestro triunfo. Soy feliz y las fuerzas para avanzar se han multiplicado. Creo que nuestra pareja tiene todas las condiciones para desarrollarse y tengo toda la confianza puesta en eso. (…) La etapa que se abre va a ser dura y su resolución no va a ser corta. Tenemos todo como para ganar y va a depender de la certeza de los pasos que vayamos dando. La responsabilidad en esta etapa es enorme. De esto depende que nuestro país se transforme en agroexportador con la desaparición de la industria y la clase obrera, o que el pueblo tome el poder. No hay alternativa intermedia. Y esto es para que no pienses que todo el entusiasmo que tengo sobre el futuro es exitista o irreal. El optimismo es porque en el año ‘79, en lo fundamental, nos movimos correctamente. Y todos los errores que cometimos, nos sirvieron para que ahora podamos ver con más claridad la realidad y actuar en consecuencia. Querido papá, se me hace tarde. Con todo el amor, tu hija”.
En el regreso de la contraofensiva, provenientes de Brasil, junto a su pareja Julio César Genoud, fueron secuestradxs el 27 de febrero de 1980 en la Terminal empresa “Expreso-Azul”, de Plaza Miserere, Balvanera (Capital Federal). Fue vista en el CCD El Campito (Campo de Mayo). Tenía 22 años.
(Fuentes: RUVTE; ADUM; juiciocontraofensiva.blogspot.com)