Fecha de nacimiento: 12/12/1954
Ocupación: Obrero / Estudiante universitario
Apodo: Mocho
Fecha de secuestro: 5/10/77
Edad: 22 años
CCD: Base Naval
Eduardo Alberto nació el 12 de diciembre de 1954 en la Capital Federal y vivió su infancia y adolescencia en Chacabuco, le decían Mocho.
Vivió y estudió abogacía junto a su compañera Liliana Pereyra en la ciudad de La Plata y se mudaron a Mar del Plata. Ya en esta ciudad, trabajó como constructor de la la obra del estadio Mundialista y posteriormente ingresó como obrero a una empresa de pescado. Fue militante de la organización Montoneros.
Su hermano lo recuerda de la siguiente manera:
Recuerdo cuando jugábamos en el patio con los cochecitos y la pelota y le rompíamos alguna planta a la abuela.
Cuando nuestro papá nos llevaba a pescar a la Cañada de Los Peludos y competíamos a ver quién pescaba primero.
Ya más grandes, cuando simulábamos una pelea de boxeadores en el Luna Park.
Cuando los sábados no pasábamos todo el día jugando al fútbol en un terreno baldío que estaba enfrente de nuestra casa, y en la tarde cuando solíamos ir a buscar fruta de la época (mandarinas, naranjas, moras, quinotos o nísperos).
Para las fiestas de San Pedro y San Juan solíamos armar con otros chicos unas fogatas en las que nos pasábamos la noche jugando alrededor de la misma (tirando cohetes, cocinado batatas, etc.)
Las vacaciones que pasábamos en la Colonia que tenía el Banco Nación en Tanti ,(Córdoba)
Ya más adelante, el hecho de ser el hermano mayor hacia que yo luciera con orgullo que tenía alguien que me defendiera, pero él siempre tenía marcado un sentido de la justicia y se ponía de mi lado solo si lo merecía, sino era él quien me reprendía.
En la escuela era muy capaz (no se llevó ninguna materia, estuvo entre los mejores promedios), tenía una conducta irreprochable y una letra que rozaba lo incomprensible.
Recuerdo que de adolescente participó en la creación del Coro Municipal de Chacabuco y ahí dejo de jugar al fútbol en Porteño porque los ensayos eran el sábado a la tarde y se superponían con el horario de los partidos. Entonces me quería convencer para que ingrese en el Coro.
Le costaba conciliar el sueño, tanto es así que, en un tiempo dormía en la misma pieza que nuestro abuelo y en la misma había un Reloj de Péndulo que sonaba todas las horas. El abuelo le tuvo que poner una goma para amortiguar este sonido y que no lo despertara de noche.
Cuando nos mudamos de casa y teníamos una pieza donde dormíamos juntos, si yo escuchaba la radio con un auricular también se despertaba.
Siendo que nos llevábamos 4 años, cuando él empezó a madurar (ya a los 18 años cuando se fue a estudiar Derecho a La Plata) se notó que empezaba a cambiar cuales eran su preocupaciones, yo entraba en la adolescencia (14 años) y me empezaba a hablar de que no todo era apariencia (la ropa, escuchar música , ir a bailar y todo eso que se hace en esa etapa) sino que había otras cosas más importante en la vida que era el compromiso con una sociedad más justa y solidaria.
Es así que ya en La Plata estuvo parando en el centro de estudiantes de Chacabuco y participó activamente de este Centro.
También cada vez que venía a Chacabuco sabia ir a ayudar en algún lugar carenciado (aunque las manualidades no estaban de su lado, sabia ir a ayudar a construir alguna pared o reparar algún techo).
Fue así que luego empezaron a reunirse en la casa vieja (la de mi abuelo, la que vivimos en nuestra niñez) con otros compañeros de estudio y deliberaban acerca de lo que ellos creían eran la solución para la sociedad en ese momento. Se la pasaban haciendo engrudo y carteles artesanales que pegaban en las paredes (Uno que me hizo gracia en aquella época decía “Los precios por el ascensor, los salarios por la escalera, esa es la traición de Isabel y López Rega”).
Empezó a andar de novio con Liliana y en un viaje que efectuamos a La Plata nos la presento. Se llevaban muy bien y compartían todo lo que hacían.
En un momento la situación del país se empezó a poner pesada. En Chacabuco empezaron a llevarse gente a la noche y él empezó a venir menos seguido a Chacabuco lo cual nos daba cierto grado de zozobra a toda la familia.
Es así que cruzamos cartas en las que él me hablaba de que era lo importante en la vida y yo de lo mucho que lo extrañábamos todos.
Cuando en la Plata se empezó a poner pesado decidieron irse a Mar del Plata primero a la casa de unos parientes de Liliana y luego a una pensión.
Ahí siguieron estudiando a Eduardo le faltaban pocas materias para recibirse de abogado.
Para ayudarse trabajaron en una empresa que procesaba pescado e incluso Eduardo llego a trabajar en la construcción del estadio de Fútbol de Mar del Plata que se usó para el Mundial del 78.
En un momento les pidió a papa y mama que viajaran a verlos ya que tenían una noticia “muy importante” para darles y ahí con Lili les dijeron que iban a tener un hijo.
Viendo que la situación del país empeoraba papá le ofreció para irse a otro país, pero él se negó ya que decía que este era su lugar y que nunca había hecho ni haría algo malo.
Un día nos llegó de vuelta una carta que le habíamos enviado, papá se comunicó por teléfono con la pensión y ahí le dijeron que había pasado algo y que debía viajar urgente.
En ese momento nos enteramos lo que había sucedido. A partir de allí, algunas noches soñaba que él regresaba, hasta me despertaba y miraba en la cama de al lado para ver si el sueño se había hecho realidad.
Lamentablemente la falta de noticias y el tiempo fue haciendo con dureza que, aunque nadie lo dijera, toda la familia comprendiera que no volveríamos a verlo.
Lo secuestraron el 5 de octubre de 1977 junto a Liliana de la pensión en la calle Catamarca al 2200, fue llevado al centro clandestino de detención Base Naval de Mar del Plata. Tenía 22 años. Ambos esperaban un hijo que nació en la Escuela de Mecánica de la Armada en el mes de febrero de 1978. Federico, fue apropiado hasta que posteriormente pudo recuperar su identidad en el año 2008.
(Fuentes: RUVTE; Legajo Co.Na.Dep Nº 7297, Sentencias Base Naval II, III, Subzona 15 I y II)