González Belio Mónica Susana

Fecha de nacimiento: 11/12/1953
Ocupación: Obrera
Apodo: Cumpita
Fecha de secuestro: 24/08/1977
Edad: 23
Lugar de Cautiverio: Base Naval de Mar del Plata / Escuelita de Bahía Blanca / ESIM – “El Polvorín”

Mónica nació el 11 de diciembre de 1953 en Benito Juárez, provincia de Buenos Aires. Le decían Cumpita.

Realizó estudios universitarios en la carrera de historia del Departamento de humanidades en la Universidad Nacional del Sur, la cual no pudo finalizar. Allí se conocieron con Gabriel Herberto Prado, con quien se puso en pareja y se fueron a vivir juntos.
Una vez en Mar del Plata trabajó como filetera en la firma G. Falcon Diez S.A. Fueron militantes del Peronismo de Base con actividad político sindical en el M 19.


Antonio, compañero de militancia la recuerda de la siguiente manera:
“Su apariencia física, nos permitía saber cómo pensaba. No se maquillaba. Se vestía de una manera muy especial y su único maquillaje eran las trenzas y la vincha, y digo que eso nos daba la pauta de cómo pensaba porque en realidad eso tenía todo un significado, revalorizar cuestiones vinculadas a lo nuestro, nada europeizante”.

Jorge, también compañero de militancia y amigo cuenta:
“Cumpita era muy dulce, una chica de campo que llegó a Bahía Blanca a estudiar humanidades y terminó trabajando de empleada doméstica por ese romántico afán de proletarizar para hacer la revolución como marcaba el mandato de la época. Nunca supe de qué lugar era oriunda, y ni siquiera su verdadero nombre. Eran pautas de la militancia: saber lo menos posible”.

Jorge compartió en una audiencia del juicio Subzona 15 y en su blog la historia sobre una carta que Mónica le escribió en aquellos años. Él relata lo siguiente:
“Que haya firmado la carta como Mónica y no como “Cumpita”, que era su apodo conocido, resultaba sensato en plena dictadura. Temíamos que revisaran las cartas e incluso que no llegaran a destino. Cumpita en sí mismo, más que un apodo, era una manifestación de sus convicciones. No es lo único que necesita ponerse en contexto para comprender esta carta. La propia dificultad que expresa su autora tiene que ver con esa autocensura que todos sufríamos de diferentes maneras. (…)
Encontré esta carta escrita con prolija caligrafía femenina, que no registro haber leído en su momento. Vaya a saber cómo logró la carta llegar intacta hasta hoy y convertirse en el disparador para contar esta historia”.

Fragmento de la carta que le escribió Mónica a Jorge:

Querido Boca:
No te podés dar una idea de la cantidad de veces que empecé esta carta y luego la rompí, de la cantidad de veces que la pensé, la mastiqué, le hice tomar forma, idea. Nunca te la pude mandar. No era lo mismo, ni siquiera se asemejaba a tenerte enfrente y charlar. Pero hoy me decidí y lo voy a hacer, yo sé que siempre va a ser mejor que el silencio, tanto para vos como para mí.
(…)
Ahora paso a contarte novedades. Cuando recién llegué estuve trabajando en una fábrica de conservas y Gabriel entró en una bodega. Tuvimos mucha suerte respecto al trabajo, en el sentido de que encontramos en seguida. Yo en la fábrica encontré muchas compañeras piolas y otras muchas que no lo eran tanto, todo me permitió tener una experiencia que para mí fue muy importante, crecí mucho creo y pude entender mejor lo del miedo a la libertad que vos y Gabriel me hablaban además de Fromm. A Gabriel no le fue tan bien en la bodega, eran pocos compañeros, además de ser mucho más grandes de edad que el Flaco y le era completamente imposible mantener cierta comunicación mínima. Pasamos los dos, fundamentalmente el Flaco, una etapa de adaptación al medio muy jodida, le costó mucho pero lo hemos ido superando paulatinamente. Casi que está demás decir que yo me cagaba de hambre con la quincena de la fábrica, Gabriel tenía un sueldo un poco mejor, bastante, mejor que el mío. Debido a esto, es decir a los sueldos bajos, pensamos cambiar de laburo, además de que Gabriel se estaba por volver loco sin poder charlar con más gente. Entonces fui a ver al capataz de una planta de filet que estaba cerca de mi fábrica y lo encaré para que nos enseñaran a hacer filet, me dijo que sí. Ahora estamos convertidos en fileteros, ganando buena guita y teniendo al lado compañeros muy piolas, con decirte que nos quedamos a dormir todos juntos en la fábrica, y es el primer laburo en que además de trabajar nos divertimos como locos. Con Gabriel hemos logrado darle un nuevo giro a nuestra relación, nos hemos convertido en amigos-compinches, lo que ha permitido que nuestra comunicación se haya hecho más fluida y nos entendamos mejor. Estoy casi bien, seguro que entendés casi, así sin palabras.
No quiero hacerla demasiado lunga así la podés recibir pronto y también me puedas contestar pronto. La carta mandasela a Mamalu que ella se va a encargar de que me llegue. Escribime, no hagas como yo, por favor. Te necesité mucho. Te quiero mucho. Cantidades industriales de besos
Mónica

La secuestraron el 24 de agosto de 1977 en Dellepiane al 1800, Mar del Plata, por la madrugada junto a su pareja Gabriel Herberto Prado. Fue mantenida en cautiverio en el centro clandestino de detención de la Base Naval de Mar del Plata, trasladada a la Escuelita de Bahía Blanca y finalmente llevada a “El Polvorín” centro clandestino de detención que funcionó en el predio de la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina (ESIM). Tenía 23 años.

Historias de Vida.9/ “Construida Colectivamente”

(Fuentes: RUVTE; legajo CONADEP; causas judiciales; blog de Jorge Santkovsky; documental “En busca de la tierra sin mal”)

 

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